A pesar de lo que pudiera parecer no sentía una animadversión especial por los católicos: me molestan todas las religiones por igual. Tengo varios motivos para ello, por ejemplo su dogmatismo y su concepción de lo que debe ser el orden natural de las cosas.
Por lo que respecta al dogmatismo religioso es, en principio, similar al concepto de axioma en la ciencia. Es necesaria la existencia de una proposición inicial que se da por verdadera para empezar a entender o interpretar el mundo que nos rodea. Lo que diferencia el dogma religioso del axioma científico es que mientras la religión fija una interpretación del mundo como la única válida sin posibilidad de revisión, la ciencia no sólo permite revisar la concepción del mundo sino que precisamente es esa su finalidad: investigar, descubrir, ajustar. La religión (cualquier religión) no sólo establece cómo funciona el mundo sino que da un paso más y condena al ostracismo, al infierno o directamente a la pena de muerte a cualquiera que desafíe su concepción de la realidad (no solo de la espiritualidad). Así, los ateos no son los únicos perseguidos: el practicante de cualquier culto ajeno al propio (infieles, paganos) o los que reinterpretan los textos sagrados (herejes, apóstatas, renegados) son castigados, siendo estos últimos los que peor destino pueden esperar. La necesidad de interpretar el mundo que nos rodea y dotarle de algún sentido es uno de los objetivos originales de las religiones, pero en el mundo actual esa función puede encontrarse también en la ciencia y en la filosofía.
Si hablamos de su concepción del orden natural de las cosas, los practicantes de cualquier religión se creen en posesión de una verdad absoluta e indiscutible que les hace contemplar al resto de los mortales con una superioridad moral que raramente les caracteriza (¿pecado de orgullo?). Haciendo de abogado del diablo podría argumentar que las normas básicas de comportamiento de las religiones son una colección de reglas para mejorar la convivencia de grupos humanos numerosos: no robarás, no matarás. No es que estas normas estén mal, es que hace ya mucho tiempo que fueron sustituidas por las legislaciones. Eso en los estados laicos, solo hay que echar un vistazo al mundo musulmán para ver lo que sucede cuando la religión toma las riendas de la legislación. Los intentos de las religiones por imponer su visión de lo que es correcto a través de las leyes civiles constituyen un acto de agresión contra los Derechos Humanos ya que para empezar niegan la igualdad entre los seres humanos. Ya no es que una persona considere algo moralmente reprobable porque no coincide con su forma de entender la vida, es que intenta imponer su visión por la fuerza a quienes piensan diferente. Si su religión prohíbe el divorcio, que nadie pueda divorciarse; si Dios considera sagradas a las vacas, que nadie las coma. La diferencia con la legislación laica es que la ley del divorcio no significa que te obliguen a divorciarte si eres creyente, pero si no lo eres regula la manera en la que puedes rescindir el contrato matrimonial. Una ley para todos.
Eliminada la necesidad de explicar el mundo y la necesidad de normas de comportamiento social como justificación de la religión sólo nos queda la fe en un ser superior originada en el antropocentrismo que nos lleva a imaginarnos a nosotros mismos como el fin último de la cadena evolutiva. Nos negamos a creer que nuestra vida no tenga repercusión una vez muertos, y para ello inventamos dioses que nos proporcionan la eternidad a través de la vida después de la muerte. Algún día hablaré de la incompatibilidad entre la idea del alma inmortal y la resurrección de la carne, si algo tiene la religión es su capacidad para la incoherencia. Este punto siempre me ha hecho gracia: a ojos de un creyente la vida en la tierra es un mero tránsito a una vida mejor, pero es tan complicado ser merecedor de ella que se hace necesario establecer todo un catálogo de normas que regulen cualquier aspecto de la vida diaria con el fin de alcanzarla. Parece que los creyentes son un grupo de gente que necesita un tutelaje muy específico ya que pueden perderse del buen camino con mucha facilidad. Esto explicaría su interés en legislar la vida civil, no sea que los no creyentes vayan a desmandarse por no saber a que atenerse en el día a día.
En el mundo actual las religiones se ven arrinconadas cada vez más al ámbito exclusivo de la fe, cosa que viven como una agresión y ante lo que responden de forma cada vez mas violenta. No creo que sea necesario poner ejemplos. Y aquí es donde entramos en el primer punto, yo no SENTÍA una especial animadversión por los católicos. En las famosas jornadas JMJ de Madrid el Papa se ha permitido decir que la ciencia es El Mal, siempre es mejor la explicación que ofrece la religión sobre el mundo; que el laicismo es El Mal, para qué los estados laicos si la religión sabe perfectamente como debemos comportarnos; que pensar por nuestra cuenta está mal, ellos se encargan de orientar nuestro pensamiento; y por último, que los líderes católicos son El Bien, en sus manos y en sus espíritus está la verdad verdadera. Este último punto es el más clarificador de todos, porque deja en evidencia cual es el verdadero objetivo de las religiones: ser un instrumento más de poder sobre las masas. Puedes estar de acuerdo o no con todo esto, pero cuando pandillas de jóvenes transfigurados por la fe se van de copas para volver en hordas entonando cánticos religiosos con sus guitarras a las tres de la mañana TOTALMENTE BORRACHOS mientras el transporte por mi ciudad les sale gratis a costa de la subida de los billetes para los residentes y otro tipo de visitantes, además de llevar puestas las camisetas y mochilas que se pagaron a medias con mis impuestos; cuando esos jóvenes se permiten el lujo de insultar a quien les dice que el estado debe ser laico (una señora de unos 50 años berreando que un estado laico era una aberración, aunque la verdad es que no encaja en la definición de "joven"), consideran que eres un pervertido que no debe tener los mismos derechos que el resto de los seres humanos si tu sexualidad no está aprobada por el Papa (los bares de copas en Chueca se llenaron de muchachos con la camiseta de las Jornadas); cuando esos jóvenes, repito, invaden tu barrio y te imponen durante días (mas de una semana) su visión del mundo sin réplica posible ya que se mueven en grupos numerosos y cualquiera les dice nada (hasta mi perro tenía miedo de bajar a la calle), para mi pierden cualquier altura moral que creyeran tener. Han demostrado ser prepotentes, hipócritas, muy molestos y han pasado a ocupar el primer puesto en el ranking de cosas que me molestan hasta desear su desaparición. Estoy totalmente indignada con su comportamiento. Si, es únicamente por lo mucho que me han molestado de forma personal, yo no pretendo tener ninguna "altura moral" que me permite mirar por encima del hombro a los demás.
Tampoco pretendo tener la verdad absoluta en mi poder, no me considero mejor ni peor que los demás y puede que mi visión del mundo esté totalmente equivocada, pero no intento imponer mi modo de vida a nadie y soy capaz de respetar una opción vital muy diferente a la mía, salvo que implique el recorte de las libertades y los derechos de los demás. Y si a alguien no le gusta esta entrada o le ofende personalmente, que no se preocupe: cuando muera arderé en el infierno.
No matter how full sour life may seem, there's always room for a couple of cups of coffee with a friend
martes, 30 de agosto de 2011
jueves, 25 de agosto de 2011
¡Que bonitas están por las mañanas las mujeres!
Iba yo tan feliz (bueno, feliz lo que se dice feliz no, pero si que iba a mi rollo) pensando en mis cosas camino del trabajo cuando un señor de unos 75 años me ha dicho eso al pasar. Y chica, a mi estas cosas de buena mañana me ponen de buen humor, sobre todo porque iba pensando en los cambios que sufre el cuerpo a lo largo de la vida.
Todo el mundo te prepara para los cambios de la adolescencia: que si se te ensanchan las caderas, que si te crecen las tetas, que si la regla, que si tal y que si cual. Y está muy bien que te preparen pero es que NADIE te advierte que los cambios no quedan ahí. A lo largo de tu vida el cuerpo sigue cambiando, muy despacio pero cambia. Y de repente te encuentras con los 30 o con los 40 y piensas "¿que cojones le ha pasado a mi cuerpo?". Luego vienen las crisis de edad y nos llevamos las manos a la cabeza. Así que he decidido advertir a las ingenuas muchachuelas que se paseen por mi blog sobre los estragos del tiempo. A los chicos no tengo nada que decirles porque no sé como funcionan sus cambios, pero deben ser mas lentos o simplemente menos. Nosotras tenemos la crisis de los 30, de los 40 y no se si alguna más que vendrá (no soy tan mayor), ellos que yo sepa solo tienen la crisis de los 40.
Lo primero de todo es distinguir entre lo que viene siendo el paso del tiempo de otras cosas. Si la última vez que pegaste patadas a un balón o corriste un rato fue en el patio del colegio, si en los últimos 10 años tus actividades principales han sido ver la televisión y beber cerveza, si los de telepizza te han ofrecido su tarjeta platino.... desengáñate, tu cuerpo no ha cambiado porque te hayas hecho mayor, es que el pobre hace lo que puede con lo que le das. Y ahí da igual que seas un tío o una tía.
A lo que yo me refiero es a los estragos de la ley de la gravedad (¡maldito seas, Newton!). A los 30 puedes estar en forma y delgada, pero empezarás a verte tripita. Ya nunca más tu vientre estará plano salvo que tu índice de masa corporal esté en límites preocupantes para la salud. No es que te crezca la tripa de repente, es que se empieza a descolgar. Solo tienes que mirar a las jovencitas que están gorditas y verás que están tersas y firmes y que la tripa no se les cae (salvo obesidad mórbida). Cuando empieces a ver que la tripa ya no está plana o no está en su sitio sino tres centímetros mas abajo, asúmelo: estás en la frontera de los 30.
Interiorizados estos cambios el tiempo sigue pasando y un día de repente te das cuenta de que entiendes los anuncios de cremas. ¿A nadie le ha llamado la atención la fijación de las empresas de cosméticos por el óvalo facial? ¿Qué es eso del óvalo facial? Pues amiguitas, si de pronto entiendes a que se refieren es que te rondan los 40. Esto es así. Primero se te descolgó la tripita y ahora el puto óvalo facial. Pero no queda ahí la cosa. Según mi hermana (una de ellas), a los cuarenta tienes que elegir: cara o culo. Si estás delgadita el culo se te escurre pero la cara está mona, si estás entrada en carnes tendrás cara de pan aunque un buen culo. Yo no estoy de acuerdo, aunque aquí creo que cada caso es un mundo. En mi caso la elección es tripa o tetas. Así son las cosas. Si adelgazas tendrás mejor tipo pero tus tetas se descolgarán, si engordas tu escote será la envidia del barrio pero tu cintura desaparece. Eso y el óvalo facial, claro.
En esas estamos de momento, cuando tenga nuevas noticias sobre los efectos adversos del paso del tiempo en mi físico os iré advirtiendo. No es que puedas hacer nada por evitarlo pero al menos cuando llegue estarás preparada para mirarte al espejo.
Todo el mundo te prepara para los cambios de la adolescencia: que si se te ensanchan las caderas, que si te crecen las tetas, que si la regla, que si tal y que si cual. Y está muy bien que te preparen pero es que NADIE te advierte que los cambios no quedan ahí. A lo largo de tu vida el cuerpo sigue cambiando, muy despacio pero cambia. Y de repente te encuentras con los 30 o con los 40 y piensas "¿que cojones le ha pasado a mi cuerpo?". Luego vienen las crisis de edad y nos llevamos las manos a la cabeza. Así que he decidido advertir a las ingenuas muchachuelas que se paseen por mi blog sobre los estragos del tiempo. A los chicos no tengo nada que decirles porque no sé como funcionan sus cambios, pero deben ser mas lentos o simplemente menos. Nosotras tenemos la crisis de los 30, de los 40 y no se si alguna más que vendrá (no soy tan mayor), ellos que yo sepa solo tienen la crisis de los 40.
Lo primero de todo es distinguir entre lo que viene siendo el paso del tiempo de otras cosas. Si la última vez que pegaste patadas a un balón o corriste un rato fue en el patio del colegio, si en los últimos 10 años tus actividades principales han sido ver la televisión y beber cerveza, si los de telepizza te han ofrecido su tarjeta platino.... desengáñate, tu cuerpo no ha cambiado porque te hayas hecho mayor, es que el pobre hace lo que puede con lo que le das. Y ahí da igual que seas un tío o una tía.
A lo que yo me refiero es a los estragos de la ley de la gravedad (¡maldito seas, Newton!). A los 30 puedes estar en forma y delgada, pero empezarás a verte tripita. Ya nunca más tu vientre estará plano salvo que tu índice de masa corporal esté en límites preocupantes para la salud. No es que te crezca la tripa de repente, es que se empieza a descolgar. Solo tienes que mirar a las jovencitas que están gorditas y verás que están tersas y firmes y que la tripa no se les cae (salvo obesidad mórbida). Cuando empieces a ver que la tripa ya no está plana o no está en su sitio sino tres centímetros mas abajo, asúmelo: estás en la frontera de los 30.
Interiorizados estos cambios el tiempo sigue pasando y un día de repente te das cuenta de que entiendes los anuncios de cremas. ¿A nadie le ha llamado la atención la fijación de las empresas de cosméticos por el óvalo facial? ¿Qué es eso del óvalo facial? Pues amiguitas, si de pronto entiendes a que se refieren es que te rondan los 40. Esto es así. Primero se te descolgó la tripita y ahora el puto óvalo facial. Pero no queda ahí la cosa. Según mi hermana (una de ellas), a los cuarenta tienes que elegir: cara o culo. Si estás delgadita el culo se te escurre pero la cara está mona, si estás entrada en carnes tendrás cara de pan aunque un buen culo. Yo no estoy de acuerdo, aunque aquí creo que cada caso es un mundo. En mi caso la elección es tripa o tetas. Así son las cosas. Si adelgazas tendrás mejor tipo pero tus tetas se descolgarán, si engordas tu escote será la envidia del barrio pero tu cintura desaparece. Eso y el óvalo facial, claro.
En esas estamos de momento, cuando tenga nuevas noticias sobre los efectos adversos del paso del tiempo en mi físico os iré advirtiendo. No es que puedas hacer nada por evitarlo pero al menos cuando llegue estarás preparada para mirarte al espejo.
martes, 23 de agosto de 2011
Poesía eres tú
La poesía es algo peligrosísimo. A mi me da dolor de cabeza, literalmente. Por centraros un poco, tengo unas pocas obsesiones: los alfabetos o silabarios, los idiomas, la poesía... Tengo alguno más, pero no vienen a cuento. Lo de la poesía, unido a los otros dos, es lo que me mete en estos líos que me busco yo solita. La poesía es algo especial para leer, ya que ni siquiera las mejores traducciones pueden reproducir la música que se esconde en los versos originales. Y aquí es donde empiezan mis dolores de cabeza.
Para poder apreciar bien una obra procuro leer ediciones bilingües. No os equivoquéis, no hablo muchos idiomas, me conformo con saber pronunciarlos. De ahí las ediciones bilingües. Puedes leer (si lo sabes pronunciar) en el idioma original para apreciar la música de los versos y leer la traducción para enterarte del contenido. Esto me llevó una vez a estudiar dos años de alemán en la Escuela Oficial para poder leer a Hölderling y a Brecht (para pronunciar no hacía falta tanto, pero os recuerdo mi obsesión por los idiomas). Lo siguiente fueron los poemas japoneses a la muerte. Esto ya era mas difícil, así que asumí que lo que es hablar japonés era algo que no iba a pasar pero al menos podría aprender a escribir y entender el significado de los kanjis (otra de mis obsesiones). Dado que empleaba del orden de tres horas diarias en el transporte entre el trabajo y mi casa (¿para cuando el teletransporte, señores inventores?) me compré un libro sobre kanjis para aprovechar el tiempo. Los kanas los dejé para otra ocasión, ya que los dibujitos de los kanjis eran mucho más monos. Afortunadamente para mi salud mental y mi vida social al poco tiempo dejé ese trabajo por otro que me quitaba menos tiempo de transporte, así que mi estudio de los kanjis fue convenientemente abandonado (lo retomaré en algún momento). Aún así conseguí aprender alrededor de 150 kanjis, entre ellos el de "vesícula biliar". No es que valga para mucho pero es bonito.
Hace cosa de dos años me compré un libro de poemas irlandeses antiguos que contenía una recopilación de los poemas fenianos. Solo lo encontré en español y me encantaron, así que busqué en la web por si encontraba alguna edición bilingüe. Fue una causa perdida, no hay nada en gaélico-español, ni poesía ni ninguna otra cosa. Que conste que miré en el ISBN. Dado que el inglés no se me da especialmente mal pensé en comprar una edición gaélico-inglés, pero tras buscar un tiempo lo di por imposible. Hasta el viaje a Dublín de la semana pasada. Uno de los objetivos era encontrar la famosa edición bilingüe de los poemas. Cerca de nuestro hotel había una escuela oficial de irlandés y allá que me fui. La chica que me atendió era muy agradable, pero me dijo que no existen ediciones bilingües de poemas irlandeses antiguos porque la gente que está interesada en ellos suele hablar perfectamente gaélico. Pues vaya. Para aprovechar la visita me dije a mi misma que podría intentar aprender algo de gaélico, tampoco puede ser muy complicado. La chica me asesoró y finalmente me compré una gramática para niños con sus CDs y me dio algunas direcciones web para escuchar, me dijo que era imprescindible. Esa fue la primera pista.
Tomando café eché un vistazo a mi nueva gramática y una chica que estaba en la mesa de al lado me preguntó si estaba estudiando irlandés. Cuando le dije que si, que lo iba a intentar, me sonrió y me dijo "good luck". Esa fue la segunda pista. El idioma en si, escrito, parece la lengua de Mordor, pero seguí sin desanimarme... hasta que ayer escuché los CDs. La madre que los parió. En palabras de mi media naranja "es como si un japonés se hubiera tragado a un alemán". Hay una frase en concreto que se repite mucho y que soy incapaz de identificar los sonidos con lo que aparece escrito porque es que no se parecen en nada, ni siquiera las vocales. Por si fuera cosa mía hasta se lo he puesto a compañeros de trabajo y lo único que he conseguido es que nos entrase la risa floja. ¿Gramática para niños? Será para niños despiertos.
Y aquí estoy, escuchando los temas a ver si voy haciendo oído. Por supuesto, lo de leer gaélico queda de momento descartado. Si soy capaz de dar los buenos días ya me conformo.
Para poder apreciar bien una obra procuro leer ediciones bilingües. No os equivoquéis, no hablo muchos idiomas, me conformo con saber pronunciarlos. De ahí las ediciones bilingües. Puedes leer (si lo sabes pronunciar) en el idioma original para apreciar la música de los versos y leer la traducción para enterarte del contenido. Esto me llevó una vez a estudiar dos años de alemán en la Escuela Oficial para poder leer a Hölderling y a Brecht (para pronunciar no hacía falta tanto, pero os recuerdo mi obsesión por los idiomas). Lo siguiente fueron los poemas japoneses a la muerte. Esto ya era mas difícil, así que asumí que lo que es hablar japonés era algo que no iba a pasar pero al menos podría aprender a escribir y entender el significado de los kanjis (otra de mis obsesiones). Dado que empleaba del orden de tres horas diarias en el transporte entre el trabajo y mi casa (¿para cuando el teletransporte, señores inventores?) me compré un libro sobre kanjis para aprovechar el tiempo. Los kanas los dejé para otra ocasión, ya que los dibujitos de los kanjis eran mucho más monos. Afortunadamente para mi salud mental y mi vida social al poco tiempo dejé ese trabajo por otro que me quitaba menos tiempo de transporte, así que mi estudio de los kanjis fue convenientemente abandonado (lo retomaré en algún momento). Aún así conseguí aprender alrededor de 150 kanjis, entre ellos el de "vesícula biliar". No es que valga para mucho pero es bonito.
Hace cosa de dos años me compré un libro de poemas irlandeses antiguos que contenía una recopilación de los poemas fenianos. Solo lo encontré en español y me encantaron, así que busqué en la web por si encontraba alguna edición bilingüe. Fue una causa perdida, no hay nada en gaélico-español, ni poesía ni ninguna otra cosa. Que conste que miré en el ISBN. Dado que el inglés no se me da especialmente mal pensé en comprar una edición gaélico-inglés, pero tras buscar un tiempo lo di por imposible. Hasta el viaje a Dublín de la semana pasada. Uno de los objetivos era encontrar la famosa edición bilingüe de los poemas. Cerca de nuestro hotel había una escuela oficial de irlandés y allá que me fui. La chica que me atendió era muy agradable, pero me dijo que no existen ediciones bilingües de poemas irlandeses antiguos porque la gente que está interesada en ellos suele hablar perfectamente gaélico. Pues vaya. Para aprovechar la visita me dije a mi misma que podría intentar aprender algo de gaélico, tampoco puede ser muy complicado. La chica me asesoró y finalmente me compré una gramática para niños con sus CDs y me dio algunas direcciones web para escuchar, me dijo que era imprescindible. Esa fue la primera pista.
Tomando café eché un vistazo a mi nueva gramática y una chica que estaba en la mesa de al lado me preguntó si estaba estudiando irlandés. Cuando le dije que si, que lo iba a intentar, me sonrió y me dijo "good luck". Esa fue la segunda pista. El idioma en si, escrito, parece la lengua de Mordor, pero seguí sin desanimarme... hasta que ayer escuché los CDs. La madre que los parió. En palabras de mi media naranja "es como si un japonés se hubiera tragado a un alemán". Hay una frase en concreto que se repite mucho y que soy incapaz de identificar los sonidos con lo que aparece escrito porque es que no se parecen en nada, ni siquiera las vocales. Por si fuera cosa mía hasta se lo he puesto a compañeros de trabajo y lo único que he conseguido es que nos entrase la risa floja. ¿Gramática para niños? Será para niños despiertos.
Y aquí estoy, escuchando los temas a ver si voy haciendo oído. Por supuesto, lo de leer gaélico queda de momento descartado. Si soy capaz de dar los buenos días ya me conformo.
lunes, 22 de agosto de 2011
There and back again
Pues ya estoy de vuelta al trabajo después de (¡asómbrense conmigo, señoras y señores!) toooda una semana de vacaciones. Mi media naranja y yo hemos aprovechado para irnos fuera de Madrid, no fuera que los católicos exultantes que nos han visitado, sintiéndose crecidos y respaldados, decidieran realizar actos como bautizos en masa en las fuentes, cánticos enardecedores a altas horas de la mañana en honor a sus creencias o incluso cortar las vías principales de comunicación en la capital para sus procesiones… Espera, me parece que eso es exactamente lo que ha pasado en nuestra ausencia… en fin, tomamos la decisión correcta.
Conseguimos un viaje a Dublín a muy buen precio, la verdad, y nuestras expectativas se vieron cumplidas. El hotel estaba muy bien situado, el personal era muy agradable y ¡no hacía calor! Si no hubiera sido por el pub del hotel habríamos dormido como nunca. Bueno, mi media naranja fue el que se enteró del ruido, yo soy de familia numerosa y puedo dormir durante un bombardeo si me lo propongo.
Dublín me pareció una ciudad preciosa, fácilmente paseable, con muchas cosas para ver y al final, salvo una escapada a Howth, pasamos toda la semana en la capital. Anduvimos por sus calles durante horas, bebimos cerveza como si nos la fueran a prohibir, escuchamos música en los pubs y visitamos un montón de lugares de interés. Eso si, nosotros somos españoles, donde hay que pagar entrada no se entra. Solo fuimos a sitios gratis. Bueno, excepto por el museo de Guinnes que sí había que pagar. Así somos nosotros, nada de iglesias de pago, pero todo lo que tenga que ver con beber o comer se paga lo que haga falta. Vaaale, confieso que también pagué por entrar en la catedral de San Patricio. Debilidades que tiene una, no iba a ser perfecta.
No me voy a extender demasiado para no aburrir, pero lo que si puedo decir es que me enamoré perdidamente de Dublín ya el primer día, y que haber pasado ocho horas diarias paseando por sus calles no ha hecho mas que reforzar el sentimiento de estar en casa. Por si acaso volvemos pronto me he comprado una gramática de gaélico con sus CDs para aprender a pronunciar y todo, junto con un diccionario inglés-irlandés. De momento me conformo con aprender a pedir cerveza y con retomar la rutina madrileña sin echarme a llorar. Menos mal que siempre nos quedan los vermús de los viernes en el Matador y los álbumes de fotos para torturar a las amistades.
P.D.: Mi media naranja no pitó en el aeropuerto, está perdiendo sus superpoderes.
Conseguimos un viaje a Dublín a muy buen precio, la verdad, y nuestras expectativas se vieron cumplidas. El hotel estaba muy bien situado, el personal era muy agradable y ¡no hacía calor! Si no hubiera sido por el pub del hotel habríamos dormido como nunca. Bueno, mi media naranja fue el que se enteró del ruido, yo soy de familia numerosa y puedo dormir durante un bombardeo si me lo propongo.
Dublín me pareció una ciudad preciosa, fácilmente paseable, con muchas cosas para ver y al final, salvo una escapada a Howth, pasamos toda la semana en la capital. Anduvimos por sus calles durante horas, bebimos cerveza como si nos la fueran a prohibir, escuchamos música en los pubs y visitamos un montón de lugares de interés. Eso si, nosotros somos españoles, donde hay que pagar entrada no se entra. Solo fuimos a sitios gratis. Bueno, excepto por el museo de Guinnes que sí había que pagar. Así somos nosotros, nada de iglesias de pago, pero todo lo que tenga que ver con beber o comer se paga lo que haga falta. Vaaale, confieso que también pagué por entrar en la catedral de San Patricio. Debilidades que tiene una, no iba a ser perfecta.
No me voy a extender demasiado para no aburrir, pero lo que si puedo decir es que me enamoré perdidamente de Dublín ya el primer día, y que haber pasado ocho horas diarias paseando por sus calles no ha hecho mas que reforzar el sentimiento de estar en casa. Por si acaso volvemos pronto me he comprado una gramática de gaélico con sus CDs para aprender a pronunciar y todo, junto con un diccionario inglés-irlandés. De momento me conformo con aprender a pedir cerveza y con retomar la rutina madrileña sin echarme a llorar. Menos mal que siempre nos quedan los vermús de los viernes en el Matador y los álbumes de fotos para torturar a las amistades.
P.D.: Mi media naranja no pitó en el aeropuerto, está perdiendo sus superpoderes.
viernes, 12 de agosto de 2011
No pain, no gain
Ya os había contado que me apunté a un gimnasio. Durante tres semanas de Julio me he dedicado a correr en la cinta porque me hacía falta cardio, cosa que complementé con algunos talleres de danza india. ¿Os acordáis del taller de Bollywood sexy style? Pues Leila convocó un taller intensivo de tres estilos: marathi, bhangra y Bollywood 70’s, cuatro horas de dar saltitos descalza, ahí es ná. Me lo pasé tan bien en el taller anterior que me apunté de cabeza. ¡Madre mía, que paliza me di! ¡Y que agujetas en los hombros! Marathi tuvo su gracia, Bollywood 70’s también, pero lo que me impresionó fue la clase de Bhangra. Vamos, que otra actividad para la saca, probablemente para los miércoles.
Pero lo que yo quería contar es mi vida gimnástica. Como ya llevaba tres semanitas corriendo en la cinta (conseguí no marearme demasiado) me fui a hablar con la monitora para ver si me ponía otro plan de entrenamiento. Iba tan convencida de hacer pesas y esas cosas, pero la muchacha (con muy buen criterio) me dijo que me iba a aburrir en la sala y que mejor me apuntase a actividades de grupo. Y me recomendó body pump lunes, miércoles y viernes. En que hora. Debería haber sospechado algo cuando varias personas me comentaron que iba a flipar con las agujetas.
Me fui el lunes 1 de Agosto muy ufana a mi clase nueva, donde ya de entrada me dijeron que no pusiera mucho peso en la barra, que para el primer día lo importante es aprender a manejarla. Pues nada, un par de pesas de 1,5 kg, que no es mucho. Tras una hora de levantar la barra, llevarla de acá para allá, nuestro ratito de abdominales y de fondos me alegré de no haber puesto mas peso. No sé como llegué al final, porque la segunda media hora fue terrible para mis músculos desentrenados. La clase es un no parar: se trabaja por grupos de músculos, alternando los ejercicios, pero no se para más que para beber agua tras cada grupo. Lo que pasa es que yo tengo dos problemas: unos hombros un poco flojos y una espalda contracturada que me impide ponerme la barra tras los hombros con comodidad. Para que os hagáis una idea, cuando levanto el brazo todo lo que puedo parece que estoy haciendo el saludo nazi. No es algo que deba hacer en público, lo se. Lo pasé bastante mal, porque si ponía bien la barra casi no podía sujetarla con las manos, así que otra cosa puede que no, pero la espalda se me estiró.
El resultado de mi primera sesión fueron agujetas en los hombros (¡Sorpresa!), pectorales, bíceps y cuádriceps. El resto no se si no me dolía o es que estaba enmascarado por los dolores enumerados. Vamos, que fui a clase creyéndome Linda Hamilton en Terminator II y acabé la clase efectivamente como Linda, pero en la primera: floja y despeinada.
Pero lo que yo quería contar es mi vida gimnástica. Como ya llevaba tres semanitas corriendo en la cinta (conseguí no marearme demasiado) me fui a hablar con la monitora para ver si me ponía otro plan de entrenamiento. Iba tan convencida de hacer pesas y esas cosas, pero la muchacha (con muy buen criterio) me dijo que me iba a aburrir en la sala y que mejor me apuntase a actividades de grupo. Y me recomendó body pump lunes, miércoles y viernes. En que hora. Debería haber sospechado algo cuando varias personas me comentaron que iba a flipar con las agujetas.
Me fui el lunes 1 de Agosto muy ufana a mi clase nueva, donde ya de entrada me dijeron que no pusiera mucho peso en la barra, que para el primer día lo importante es aprender a manejarla. Pues nada, un par de pesas de 1,5 kg, que no es mucho. Tras una hora de levantar la barra, llevarla de acá para allá, nuestro ratito de abdominales y de fondos me alegré de no haber puesto mas peso. No sé como llegué al final, porque la segunda media hora fue terrible para mis músculos desentrenados. La clase es un no parar: se trabaja por grupos de músculos, alternando los ejercicios, pero no se para más que para beber agua tras cada grupo. Lo que pasa es que yo tengo dos problemas: unos hombros un poco flojos y una espalda contracturada que me impide ponerme la barra tras los hombros con comodidad. Para que os hagáis una idea, cuando levanto el brazo todo lo que puedo parece que estoy haciendo el saludo nazi. No es algo que deba hacer en público, lo se. Lo pasé bastante mal, porque si ponía bien la barra casi no podía sujetarla con las manos, así que otra cosa puede que no, pero la espalda se me estiró.
El resultado de mi primera sesión fueron agujetas en los hombros (¡Sorpresa!), pectorales, bíceps y cuádriceps. El resto no se si no me dolía o es que estaba enmascarado por los dolores enumerados. Vamos, que fui a clase creyéndome Linda Hamilton en Terminator II y acabé la clase efectivamente como Linda, pero en la primera: floja y despeinada.
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