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lunes, 26 de septiembre de 2011

Corrección política

Me molesta sobremanera la corrección política, sobre todo en el lenguaje. No me entendáis mal, defiendo el hablar (y escribir) con propiedad y me parece correcto que una lengua viva evolucione, adaptándose a las nuevas necesidades de expresión de quienes la hablan. Lo que no soporto es la mojigatería.

De lo que se trata con esta tendencia de llamar a las cosas como lo que no son es de disfrazar la realidad en aras de ocultar situaciones terribles o discriminatorias que requerirían, más que ¿buenas? palabras, algo de acción. Así, ya nos hemos acostumbrado a los “daños colaterales” como si las personas inocentes que mueren en los conflictos armados (antes “guerras”) estuvieran menos muertas; recordamos la famosa “desaceleración económica”, que consistía en que un montón de gente se quedaba en paro, con todo lo que conlleva; y también hemos asistido a una guerra de género, como si eliminar el uso del masculino plural como genérico fuera a mejorar de por sí la situación de muchas mujeres. Pero este fin de semana he leído la evolución del lenguaje definitiva: en una carta a un periódico, una lectora se refería a su situación como “diversidad funcional (discapacidad)”. Supongo que el cambio de nomenclatura para su dolencia (es parapléjica) ayudará a que pueda cruzar la calle, porque no debe quedar ya ninguna ciudad en España donde los bordillos impidan moverse libremente a la gente en silla de ruedas, a los ancianos, a las mujeres con carritos de bebés o simplemente a los que vamos con el carro de la compra. ¿No es verdad? Dado que las ciudades están adaptadas a las necesidades de todos sus habitantes, podemos dedicar todo nuestro tiempo a mejorar la percepción que se tiene de algunos colectivos a través del lenguaje.

Podemos empezar incluso desde la infancia a reeducar a nuestros retoños en el uso de la corrección política contándoles cuentos tradicionales revisados, en los que el leñador de Caperucita se convierte en “técnico en combustibles vegetales”, Cenicienta es tratada por su “madre política” con “notable crueldad” y se ve obligada a trabajar como “una empleada personal sin derecho a salario”, y los siete enanitos de Blancanieves devienen en “personas con disfunciones en el sistema hormonal del crecimiento” (no os perdais los “Cuentos infantiles políticamente correctos” de James F. Garner, impagables).

La parte positiva de todo esto es la posibilidad de difundir noticias inquietantes sin que cunda el pánico. Así que cuando veáis publicado en prensa que se está produciendo una llegada masiva de personas con vitalidad reducida a las ciudades mas vale que echéis mano de vuestra guía de supervivencia zombie.

4 comentarios:

  1. Hola Paloma!!! Vengo del blog de Olga!!!
    Ya tenia ganas de conocerte, porque siempre veo tus comentarios en su blog.
    Hoy cuenta Olga, que vais ha hacer la manta que propongo en mi blog, y me he animado a venir a conocer el tuyo!!!
    Me parecen super interesantes tus planteamientos y ciertamente, en nuestra sociedad hay cosas que rayan el límite de lo absurdo!
    Pásate cunado quieras por mi blog, serás muy bienvenida!!!
    Un beso.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Lo de que nos hemos vuelto medio gilipollas venía yo notándolo de atrás. Porque, siendo el caso distinto, no deja de llamarme la atención que hace poco me llegó una convocatoria para firmar en apoyo de los profesores de secundaria de la pública y en el apartado comentarios había algunos que me parecieron, cuando menos, un poquito idiotas (no es insulto, sólo descripción).

    Aquel que se quejaba del uso de la arroba en una palabra para referirse a la vez a niños y a niñas a la vez porque no le parecía lo más adecuado para conseguir la "visibilidad" del género femenino. O la que se sentía ofendida por el uso del término "autista" que el autor del escrito había usado para referirse a la actitud de la Administración frente a las quejas de los afectados. Que me parece a mi que nos la cogemos con papel de fumar y así nos va, fijándonos más en la forma que en el fondo.

    Que seguro que esto no tiene demasiado que ver con tu queja pero es que me "chinan la vena", y esta expresion es tan políticamente incorrecta como yo.

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  4. Aprovechando que parece que ya puedo escribir comentarios os contesto a las dos.

    Cristina, gracias por pasarte. Espero que hagamos bien los deberes de la manta :)

    Olga, que te voy a decir que tu no sepas ya.

    Besitos a las dos

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