Ayer quedé con dos de mis hermanas (Arantxa y Raquel) para ir a cenar al Peggy Sue. La excusa fue mi reciente cumpleaños, había que celebrarlo y me tenían que dar mis regalitos. Arantxa me hizo unas magdalenas con cobertura de frambuesas, Raquel me hizo un muñeco ninja y entre las dos se las arreglaron para encontrar mi marca favorita de chocolate, ¡son las mejores!
Para los que no les gusta leer, la versión resumida de la noche: perrito de 26 cm., se pelearon dos camareros (hubo violencia física), Raquel casi despeña a un tercero, en un café adivinaron el contenido de uno de los regalos, bebimos cócteles y chupitos y un señor le dió patadas a un autobús y después se plantó delante de un coche de la policía en medio de un semáforo en rojo para los peatones. Los que quieran la versión extendida ya saben, con unas cañas ;)
Me han recordado mis hermanas al señor que subía y bajaba las escaleras del café de espaldas. Un poco raruno si que era.
ResponderEliminarQuiero cañas y saber más!!!!!!!! jajajajaja Un beso
ResponderEliminarJo, y yo... ¿ves porque de noche sólo duermo? Si es que salir por Madrid es un deporte de riesgo con esa fauna, aunque muy divertido. Seguro...
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